Empresarios vs Comunidades

Formando Opinión: La Jornada de Oriente, 17 marzo 2008. Javier Puga Martínez. En el marco del Día Mundial del Agua, que se celebrará el 22 de marzo, los pobladores de las comunidades de San Mateo Cuanalá, San Gabriel Onetoxtla, San Lucas Nextetelco y Santa María Zacatepec, pertenecientes al municipio de Juan Crisóstomo Bonilla, clausuraron ayer de manera simbólica a la empresa de agua embotellada Bonafont, la cual, aseguran, es una de las causantes de que los pozos artesanales de la zona se estén secando. Los vecinos aseguran que esa embotelladora funciona ilegalmente desde hace 16 años, cuando se instaló en el municipio y comenzó a extraer agua del acuífero del alto Balsas, pues no tiene el permiso necesario para funcionar como tal. Los campesinos entregaron a este diario una copia el oficio 011466/92, donde el entonces secretario de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue) del gobierno de Manuel Bartlett Díaz, Miguel Quirós Pérez, dictaminó que la embotelladora Arco Iris, propietaria de la marca Bonafont, no puede establecerse en un predio agrícola, aunque no prohíbe su instalación. La empresa ocupa una extensión de 9 mil 682 metros cuadrados y se localiza a la altura del kilómetro 96.1 de la carretera federal México–Puebla. “De acuerdo con lo dispuesto con el Programa de Ordenamiento Territorial de la región Cholula, Huejotzingo, San Martín Texmelucan, el predio en cuestión se ubica en una zona agrícola, resultando incompatible con el uso industrial que se le pretende dar al mencionado predio, por lo que es recomendable que la industria embotelladora se establezca en los corredores y zonas industriales decretadas”, señala el dictamen del entonces funcionario estatal. Aunque los pobladores no se explican cómo a pesar del dictamen la empresa se quedó ahí, afirman que la principal razón son los pozos que la embotelladora tiene, aunque desconocen el número. De lo que sí dijeron estar seguros, es que de ahí salen tráileres cargados con garrafones de agua Bonafont las 24 horas del día. En su propaganda, la empresa asegura que participa con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y con la conservación del medio ambiente “para evitar la desertificación de la tierra”. A unos metros de la embotelladora, las tierras de San Lucas Nextetelco se están convirtiendo “precisamente en eso, en un desierto por la falta de agua. Lo que antes eran grandes huertas de frutas como durazno, ciruela, manzana y nueces, ahora es pura tierra. Los árboles ya no quieren crecer por toda la contaminación y extracción de agua por parte de empresas como Hylsa”, afirmó Agustín Cibrián, defensor del agua y la tierra de esa junta auxiliar de Juan C. Bonilla. Los campesinos, más de 50 personas, llegaron a la empresa pasado el mediodía y colocaron una manta simbólica haciendo un momento para reflexionar sobre el futuro de la región cholulteca ante la escasez del líquido. Los guardias de seguridad privada que estaban custodiando el lugar intercambiaron palabras con los activistas exigiendo el retiro de una manta que colocaron, pero fueron algunas mujeres las que de inmediato protestaron y exigieron su derecho a manifestarse. El vigilante amagó a los manifestantes con sacarles fotos con su teléfono celular y presentárselas a sus patrones, “para demandarlos porque es propiedad privada”, pero el gendarme se dio cuenta en ese momento de que no sabía utilizar su aparato. El grupo de campesinos reiteró que el acto era pacífico, y para evitar problema alguno optó por retirarse. Sin embargo, anunciaron que a partir de este día comenzarán a organizarse para defender su patrimonio hídrico, por lo que en los próximos días darán a conocer una serie de acciones en defensa de lo que consideran les pertenece.