LA VERDADERA VERDÁ Día D… o día de Joaquín Ríos Martínez* ¿Hasta cuando voltearemos la mirada a la Verdadera Verdá, cuando dejaremos atrás la ceguera que causa la ignorancia? ¿Cuándo relacionaremos la educación y la cultura con el acontecer? ¿Porqué celebrar lo que debiéramos conmemorar? El sábado autoridades, medios de comunicación y el mundillo del consumo celebraron un Día Internacional más de la mujer. Sin embargo la memoria histórica, el imaginario colectivo y el compromiso social conmemoraron una fecha diferente, no de fiesta sino de reflexión, no de leyes incumplidas y panfletos y sí de represión, acoso y silenciosa muerte. Cuántos saben que el 8 de marzo de 1914 es tan sólo una fecha consensuada producto de las conmemoraciones de un incendio donde murieron alrededor de 140 mujeres encerradas en su propio trabajo esclavizante en la ciudad de Nueva York, o de las marchas de 1857 y 1909 exigiendo mejores condiciones para las mujeres emigradas a Estados Unidos, la abolición de la explotación infantil, el derecho al voto de las mujeres y condiciones laborales semejantes. Condiciones que poco han cambiado, sólo basta mirar hacia las maquiladoras en Puebla, Yucatán o Tijuana; hacia las calles o a los hospitales. La Encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares realizada por el INEGI, el Fondo de Desarrollo de las naciones unidas para la mujer y el Instituto nacional de las mujeres en junio de 2007 indica que Puebla es un estado bárbaro y primitivo que actúa con marcada violencia contra las mujeres. La encuesta intenta medir la violencia que sufren las mujeres en los ámbitos laborales, sociales, familiares y educativos independientemente de su estado civil y revela que la mayor incidencia de violencia es del 32 por ciento y está relacionado con lo emocional; el 22 por ciento lo es la económica y después violencia física y sexual. En el texto “Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la mujer, 1910-1945” de Isabel Álvarez González dice que desde 1908 se celebraba en Estados Unidos el Women´s Day para revindicar el sufragio femenino, y el primer día internacional de la mujer trabajadora en 1911. Para llegar a 1914 y celebrar un día tuvieron que pasar años y a diario jornadas de represión, hambre, encierro, muerte, golpes, pérdida de la familia, el honor y la equidad en países hoy altamente sofisticados y educados como Alemania, Suecia, Austria, Finlandia, Dinamarca o Argentina. En Puebla Teatro, danza, música, hartas exposiciones y discursos trasnochados celebraron un día de la mujer en Puebla. El arte se vistió de gala, las mujeres de domingo, las familias se perdonaron. Pero apenas a unos cuantos kilómetros del centro de Puebla, hacia la mixteca, o la sierra, hacia las cañadas o en las chozas de condiciones infrahumanas, las mujeres no escucharon el aplauso ni presenciaron el corte del listón rosa. Exposiciones huecas, mediocres y uniformadas en el contexto del eco político, tan evidente en la alienación. Allá recordaron que Puebla es el quinto estado con mayor violencia hacia las mujeres, que las leyes se retrazan y no se cumplen, que no cuentan con apoyos ni servicios médicos, que mueren de enfermedades hace tiempo “erradicadas”, que son violadas o esterilizadas sin su consentimiento. Sufrieron el recuerdo que les causa la emancipación de otras por sus jornadas de siembra, cosecha, trabajo, hijos, maridos alcohólicos, violadores, golpeadores, abandonadores. Nunca supieron que Lisístrata, en la antigua Grecia, lideró una huelga sexual contra los hombres a fin de detener la guerra, la primera que se “empoderaba”. Lo que saben es que el mundo se les viene encima representado en deslaves y cerros desaparecidos, que sus idiomas mueren y su cultura se pierde. El absurdo de la negación A que punto hemos llegado de negar los derechos de las mujeres que hemos tenido que crearles sus propios derechos, sus propias leyes. Nuestra estúpida ceguera ha creado espacios nuevos, retóricas nuevas y leyes de convivencia nuevas porque hemos trasgredido todas las que por derecho natural le corresponden. La mujer al igual que el hombre esta protegida por la misma constitución política, el problema es que no se respeta. Derechos de la mujer como: a la vida, a la igualdad, a la libertad, la seguridad, protección, discriminación, trabajo justo, salud y no ser sometida a tortura, trato inhumanos o crueles suenan absurdos en tanto que somos una sociedad democrática bajo regimenes de derecho. Para qué reinventarlos, sólo respetémoslos. De tu arte a mi arte Metzcalli CuestiónArte, A.C. (4 norte 1610 A) le invita a invertir en obra original. Pintura, escultura, fotografía, grabado, dibujo, serigrafía o arte objeto de distintos creadores avecindados en el estado de Puebla. Citas al 2 46 29 63 o 044 22 21 85 48 91. *Diplomado en Administración de las Artes, y en Gestión Cultural. Comentarios a: cuestionarte@hotmail.com; http://artemetzcalli.blogspot.com Este y los textos anteriores más extensos en: http://achtli05.blogspot.com; www.criticarte.com mirillacultural.blogspot.com