Esta es la imagen de Códice Mendoza donde se representa el glifo de México en el centro del Anahuac

Esta es la imagen de Códice Mendoza donde se representa el glifo de México en el centro del Anahuac
El águila está sustentada en el nopal. La tuna, fruto del nopal, representa el corazón humano, y por lo tanto es una representación de la creencia azteca del sacrificio humano y ofrenda del corazón para garantizar el don de un nuevo día.

19 de febrero de 2008

La Poesía Nuestra Vida

Judith Santopietro: Hace tiempo conversaba con dos amigos hacedores de palabra de muchas horas idas; uno es teatrero y decía: “En el principio de los tiempos lo primero que hizo el hombre fue una acción, por lo tanto nació el teatro”; mientras que el otro, poeta y conocedor de la historia de su pueblo, le rebatía: “No, lo primero que hizo el hombre fue observar su entorno, libre, y lo admiró a través de imágenes, así que se hizo la poesía”. Esta anécdota me llevó a pensar acerca de la tradición oral, la cual nos remite a las formas de vida comunitaria que se han transmitido a través de los siglos mediante historias contadas por los abuelos y los padres; aquéllas que sobreviven en el imaginario colectivo. Pocas veces nos percatamos de que la tradición oral también encierra la poesía, una de las formas de expresión primigenias del hombre, ya que gran parte el saber de la humanidad se ha guardado en formas poéticas como un recurso fácil de memorizar. En el libro Viejos Poemas, Irma Pineda y Mardonio Carballo hacen uso de la función de la poesía en todas las culturas en el sentido de proporcionarnos una visión planetaria y a la vez muy particular de su pueblo, de su entorno. Así lo vemos en el poema de “Raíz”, donde se abordan las costumbres gastronómicas, la vena familiar, la propia lengua, o en “Acaso un día”, ya que se vierten los elementos singulares de la poeta con la historia del pasado a la que ella nos remite. Incluso, “Acteal” tiene una extratextualidad, dijeran los críticos literarios, que nos lleva hasta las regiones del sur de México, para situarnos temporalmente en una etapa coyuntural del país. Así, el poeta lo dedica “A los muertos y a la memoria... a su memoria”. Pero dentro de la poesía está también lo que no se dice verbalmente, si bien Gary Snyder así lo expresa: “El verdadero poema se mueve en el límite entre lo expresable y lo inexpresable”. Aunque debo admitir que traigo a colación a dicho poeta norteamericano no por el hecho, una y otra vez remarcado entre los críticos, de intentar legitimar Viejos Poemas, sino para mostrar que la función social del poeta es la misma en todas las naciones: es el juglar que va por el rumbo anidando tradición, pero también desenfundando la espada de la palabra para defenderla. Entonces los poemas de Irma se sitúan en la línea de lo mítico y lo simbólico, en el cuerpo de su saber. He aquí lo que nos atrapa: una tortuga, una iguana, una jícara, el pozol, los huaraches, el huipil, la enagua, el son, los cuales expresan actos rituales que para nosotros aún tienen un arraigo: “Preparo tu cama eterna tu equipaje: Pongo una jícara para que no olvides Beber pozol donde vayas”. El quehacer de ambos poetas se convierte en algo no privado, ya que establecen un puente entre el lenguaje colectivo e individual, porque la poesía para ser tal deberá hablar desde la zona profunda de la comunidad. Es más fácil conocer nuestra profundidad que la de otros, en ello recae la ardua tarea del poeta, quien debe discriminar entre las técnicas ya utilizadas para no ser reiterativo, pero a la vez preservar el lenguaje sencillo, el de la oralidad. La relación con la madre se hace presente: madre-hijo, madre-extática, madre-dentada, la madre fuente de alimento que nos enseña a ser guerreros, que nos trae la oscuridad, porque el poeta aprende lo oscuro y lo luminoso, de la vida y de la muerte. Así nos encontramos que la visión femenina del yo poético es asumida, tal como se expresa en “Mi corazón es el centro de la Geoda”: “Piedra y claroscuro (...) Las Geodas son los hijos que no llegaron a parir las estrellas (...) Mientras la Geoda muere como mueren las azucenas... yo soy la Geoda”. De forma simbólica, Irma aborda la relación de la madre en su poema “En el vientre de la noche”, cuando se refiere a la tortuga sabia. Aquí no se expresa en su totalidad a través del lenguaje escrito, sólo se insinúa, es una alegoría que corresponde a la madre milenaria.Por lo tanto, Viejos Poemas no incide en nuestra vida, en nuestra música o en nuestra lengua, es parte de ella, como lo es el canto, la danza o la muerte. La poesía es nuestra vida.